Antes de que comiences a leer:

Lector constante, debes saber que las historias que aquí se escuchan ya han sido contadas, quizás tengas esbozos de ellas en otro tiempo y en otras circunstancias.
Si eres nuevo debes saber que para entender la historia de nuestro asesino deberás viajar en orden cronológico hasta la entrada del día 5 de Octubre de 2011 y leer en orden ascendente.
~Atte: Tu narrador.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Mi primer pensamiento fue que mentía en cada una de sus palabras, aquel tullido canoso de mirada ladina.

Se lleva la mano a la boca. Comienza a toser.
Intenta decir algo, pero la tos ahoga sus palabras.
Me da la espalda, se lleva las manos a la cintura.
De su boca sale un proyectil con mas sangre que saliva. Impacta contra la nieve y se esparce.
Se lleva ambas manos a la boca. Comienza a toser con mas violencia.
Cuando vuelve a mirarme a la cara, tiene la sonrisa manchada de sangre oscura. En la mano lleva una pistola que me apunta.
Demasiado lento.
El gatillo hace rotar el percutor, que choca con la parte blanda de la culata del plomo e inicia una reacción ígnea que hace que los cuarenta y cuatro granos de pólvora de mi munición detone, impulsan el proyectil a lo largo del cañón de mi revólver. 
La bala impacta en la diana, justo entre ceja y ceja.
El viejo cae al suelo, con los brazos en cruz.
Me acerco y pateo la pistola lejos de él. Traza un surco en la nieve conforme se aleja.
Me arrodillo junto al viejo. Pongo la carta que me habían entregado en el bolsillo de su abrigo. 
Comienzo a toser. La sangre tiñe mi sonrisa.
Cobraré el cheque por la mañana.

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