¿Te he contado alguna vez cual es la definición de locura?
La locura es hacer exactamente la misma mierda una y otra vez, y esperar que algo cambie.
Es de locos.
La primera vez que alguien me lo dijo, creí que se estaba quedando conmigo, así que... *bum*, le disparé. En realidad, jeje, vale... tenía razón.
Empecé a notarlo en todas partes. Mirara donde mirara, todos esos capullos, en cualquier parte, hacían exactamente la misma mierda.
Una y otra, y otra, y otra, y otra vez.
Y pensaban: "Esta vez será diferente. No, no, no, no, no. Será diferente."
Hay cosas que no cambian. Eso es innegable. Pero nosotros somos reacios a asimilarlo.
Nos lanzamos a un abismo cíclico, físico y sentimental. Cuando nos damos cuenta de que nos encontramos en el torbellinos, nos damos también cuenta de que estamos en el punto de partida. Una vez oí una frase referida al Destino, rezaba:
"El Ka es una fuerza mayor que engloba todas las cosas y las dirige a su cauce. Aquello que tu llamas Destino, yo lo llamo Ka. El Ka es como un viento, como un ciclón. El Ka es también como una rueda, una vez comienza a girar, se mantiene siempre en el punto de partida."
Todo se resume a siempre lo mismo. Llámese Ka, Destino, Suerte o Camino.
Somos dementes, tomamos decisiones como autómatas aún a sabiendas de que nuestras elecciones no se encuentran en ellas, sino en los caminos ocultos tras las brumas que no alcanzamos a atisbar a simple vista. Estamos todos locos, pero quizás, solo quizás, esto no sea tan malo. Al fin y al cabo, la demencia es tan sólo el Destino que tenemos previsto.
¿O quizás no?.